Muy pocos personajes han sido objeto tantas discusiones como Cristóbal Colón, de quien se ha llegado a dudar hasta la legitimidad de su proeza: el descubrimiento de América.
Nacido, probablemente en Génova, en 1451 y muerto en 1506 en Valladolid, ha sido uno de los personajes más intrigantes de la historia.
Probablemente la actividad navegante de Colón comenzó al embarcarse en pequeños viajes para la venta de mercancías en las ciudades comerciantes de la época, actividad llamada cabotaje. Se conoce que después de un naufragio se estableció en Lisboa como agente comercial e incluso realizó viajes a Madeira, Inglaterra e Islandia.
Cristóbal Colón habría intentado convencer a Juan II, rey de Portugal, de financiar una travesía hacia el occidente para alcanzar las indias.
Éste rechazaría semejante empresa por la naturaleza riesgosa del viaje y porque los esfuerzos marítimos estaban concentrados en abrir una ruta comercial bordeando el sur de África. Una vez desechada su propuesta, ofrece a los Reyes Católicos el proyecto para alcanzar las Indias desde el occidente.
Con los reyes de Castilla y Aragón atrasado en materia de navegación y luego de esperar durante siete años el ansiado apoyo económico, Colón consiguió las Capitulaciones de la Santa Fe que lo nombraban almirante de la mar oceánica y virrey de las tierras que descubriese.
De esta manera el navegante genovés partió el 3 de agosto de 1492 desde el puerto de Palos con tres carabelas.
Así el 12 de octubre de 1492, luego de 70 días de navegación transoceánica, la expedición al mando de Cristóbal Colón había llegado a tierra firme en nombre de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón, dejando atrás el puerto de Palos de Andalucía.
No obstante, en lugar de llegar a las Indias; había desembarcado en alguna de las islas de las Bahamas.